|

Síguenos

| | | |

Caption:

News title De buscadores de agua a guardianes del agua: El camino del yanapakuq en Pampa Hermosa

Date of publication of the news item 20/02/2025 - 13:45

News categories AMÉRICA LATINA Y CARIBE | Agua y saneamiento

Summary of the news

Yanapakuq es el término quechua para ayudante o protector del agua, un rol vital para las comunidades rurales e indígenas en zonas aisladas del Perú. Y es que, cuando el agua no es de fácil acceso, ir a por el recurso y almacenarla es una de las principales tareas de la comunidad.


News content

Así ocurría en Pampa Hermosa, localidad peruana ubicada a 570 kilómetros al sureste de Lima, que se encuentra a 1 400 metros sobre el nivel del mar.

Hasta hace no mucho, los pampahermosinos caminaban largos trechos para buscar agua, que trasladaban y almacenaban en baldes de las acequias. Sin embargo, para almacenar el agua a temperatura ambiente, esta debe estar tapada y, aún así, no dura más de tres días. “Llenábamos un balde grande y lo usábamos hasta por tres días, aunque ya estaba contaminado”, relata Sócrates Yanasupo, vecino de la localidad. Esta situación generaba problemas de salud como enfermedades gastrointestinales y hepatitis.

De agua contaminada a agua que mejora vidas

Cuando no hay agua potable tampoco hay saneamiento, lo que implica buscar mecanismos para la higiene. Soledad Núñez, maestra de la escuela local, explica que en Pampa Hermosa todos tomaban agua no potable de los ríos y manantiales. Más aún, no había baños, solamente silos. “Hacían el hueco profundo y allí hacían sus necesidades. No sabíamos practicar la higiene personal y muchos de nuestros niños tenían enfermedades gastrointestinales”, explica. Soledad comenta que incluso, producto de la contaminación del agua, hubo varios niños enfermos de hepatitis. 

 

Por esta razón, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS) apoyaron el Programa de Mejoramiento y Ampliación de Servicios de Agua y Saneamiento de Perú (PROCOES). Esta iniciativa buscaba dar acceso a agua y saneamiento a más de 93 000 peruanos, entre ellos los 350 habitantes de la región de Ayacucho, donde se encuentra Pampa Hermosa. 

Hans Raúl Taipe Preguntegui, operario de agua de la zona, explica que el proyecto consistía en captar agua del reservorio, en una cámara que ayudara a la presión del agua y en la instalación de unidades básicas de saneamiento para cada vivienda. Así, cada casa de Pampa Hermosa pudo contar con un lavadero, retrete y ducha. 

Una comunidad comprometida con su futuro

Además de la infraestructura, el programa incluyó actividades de sensibilización sobre higiene y el uso responsable del agua. Así, uno de los principales logros del proyecto ha sido fortalecer la capacidad de gestión local. Para esto se formaron Juntas Administradoras de Servicios de Saneamiento, conformadas por los mismos vecinos y vecinas, quienes asumieron la responsabilidad de operar y mantener el sistema. Cristian Huicho, alcalde de Pampa Hermosa, destaca que “siempre estamos exigiendo a nuestra población que ponga de su parte haciendo el mantenimiento correspondiente. Estamos organizados para que nuestra población siga adelante”.

Esta organización generó un círculo virtuoso de compromiso comunitario, asegurando que la infraestructura siga en óptimas condiciones. La cooperación entre los habitantes, las autoridades locales y los organismos internacionales garantizó la sostenibilidad del proyecto.

Un modelo a replicar de yanapakuq

Trece años después, Pampa Hermosa se ha convertido en un ejemplo exitoso de gestión integrada del agua. La experiencia demuestra que el acceso a servicios básicos no solo mejora la salud y la calidad de vida, sino que también fortalece la cohesión social y la autonomía de las comunidades.
El programa PROCOES fue ejecutado por el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento a través del Programa Nacional de Saneamiento Rural (PNSR), atendió a cinco regiones del sur del país: Cusco, Apurímac, Huancavelica, Ayacucho y Puno y permitió transformar la realidad de miles de personas peruanas. 

Aunque concluyó en 2018, su impacto trasciende las cifras: el verdadero legado está en las historias de vida transformadas. Mientras sigan llegando afluentes de desarrollo a comunidades como Pampa Hermosa, el futuro de la comunidad será cada vez más prometedor. Iniciativas como PROCOES y los esfuerzos del FECASALC continúan marcando la diferencia en la vida de muchas personas, mostrando que el agua es mucho más que un recurso: es sinónimo de dignidad y progreso.

“Acá ya utilizamos agua clorada y ya vivimos otra vida”.


Este artículo es parte de la serie “Cambiando el mundo a través del agua y el saneamiento”, una colaboración del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) que destaca el impacto que los proyectos de agua y saneamiento tienen en las personas de América Latina y el Caribe.